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guión

Nos ahorramos la introducción, puestos a pedir.

Verónica no era guapa, no era alta, no tenia un cuerpo perfecto según los cánones actuales, pero Verónica tenía un don, regalado una tarde otoñal, justo antes de cumplir los siete años.

Alex sabía que algo no funcionaba bién en su cabeza, el día a día era normal, funcionando como uno más en la comunidad ciudadana. Pero estaba convencido de que algo se tramaba dentro de su cerebro que no podría controlar, y se preocupó de su imaginación.

Henry, un señor belga, viajó en su Citroën DS a la Costa Brava, un verano de 1978. Escapaba de otra ciudad industrial y gris del norte de Europa. En El Port de la Selva, Girona, conoció a una mujer belga y dejó de escapar, miró al mar y siguió pintando la pequeña verja de entrada, en blanco.

Margarita era una viejecita elegante y simpática. Esta tarde la vi, esperando sentado mi turno en la barbería antigua, mirando por el ventanal. Ella hizo con gesto cansado, una señal para parar un taxi, en el antebrazo le colgaba un pequeño bolso granate antiguo, sujetaba con una mano, un paquetito de pastelería bién envuelto con un pequeño lacito.

Una amiga, ayer fué mamá por primera vez. Su niña se llama Verónica, y Verónica tendrá un don.

 

Ante el estruendo del griterío, acertamos al localizar las dos únicas opciones. Ella seguiría hacia el norte y yo hacia el sur, hasta volver a encontrarnos, parecía poco probable dada la ausencia de oxígeno y la magnitud del terreno a recorrer, handicap de primera categoria.

Veinte años después…

Momentaneamente en la azotea, interrumpió un cartero desganado con un paquete a mi nombre, muchas notas de su historia.

una canción para títulos de crédito

1

Su historia desde la despedida, la qué nos puede interesar, se desliza sin sobresaltos hasta su inocente involucración en el caso de El Sótano.

2

Ella decide ir a buscar a su hermana gemela, está grave. Viaja y llega tarde, queda un laboratorio con notas y archivos. Una cama cómoda y una cocina suficiente. Estudiará.

Interludio musical con elipsis temporales a corto plazo mientras estudia e investiga.

3 / 4

El proceso de incineración no cumple las pautas, recibe las cenizas de su hermana y a su vez invitada a desparacer del pueblo. Ella resiste los envites y continua. Descubre unas notas sobre ‘un gran viaje’, mencionando repetidas veces al Profesor Ox. No es dificil contactar con el profesor. Mejor suplantando a mi propia hermana, conseguiré la información necesaria, mi muerte ha quedado en secreto, por eso estoy viva, de nuevo.
Salgo con el último wagons-lits hacia la ciudad, convencida de qué el profesor tiene respuestas.

5

El viejo profesor me recibe triste, por motivos obvios dejó de llegarle correspondencia de mi hermana, ahora yo. Preguntó por mi alojamiento y a regañadientes aceptó mi estancia en el hotel, extrañado por mi negativa, me hizo un par de preguntas personales. Él sabía la respuesta, yo no. Su sabia mirada decía qué yo no era yo, pero su gran duda era si yo, era el experimento de mi hermana. ¿Lo era?…

6

El pequeño hotel tenía un encanto especial y las vistas de la habitación descubrían el barrio medieval de la ciudad, óptimo para pasear y reflexionar. Cenando en la terracita de un pequeño restaurante cerca de la, semi-destruida por la guerra civil, catedral gótica, revisé de nuevo el diario personal de mi hermana. Las múltiples anotaciones científicas, eran inteligibles para mí, páginas y páginas aprovechando cualquier rincón del papel con lo qué parecían estructuras moleculares en diferentes estados y cientos de códigos de programación.
Extraña fué la sensación de familiaridad con todos esos datos, una especie de déjà vu… y lo más asombroso, empezé a entender los datos con la ayuda de un nuevo conocimiento interno qué me empujaba a seguir y seguir estructurando el puzzle científico.

(ext. noche / centro ciudad medieval, gente paseando en noche de otoño. Iluminación tenue anaranjada)